martes, 24 de marzo de 2009

Cuando me amé de verdad...

Cuando me amé de verdad, comprendí que cualquier circunstancia,
yo estaba en el lugar correcto... en la hora correcta... en el momento
exacto... Entonces, me relajé... Hoy sé que eso tiene nombre: AUTOESTIMA

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuese distinta y
comencé a ver que todo lo que sucede, contribuye a mi crecimiento.
Hoy, a eso le llamo: MADUREZ

Cuando me amé e verdad, entendí cómo es ofensivo forzar alguna situación
o a alguien, sólo para realizar mis deseos, aun sabiendo que no es el momento,
o la persona no esta preparada; incluso yo mismo, Hoy sé que el nombre de
esto es: RESPETO

Cuando me amé de verdad, comencé a despojarme de lo que no fuera saludable...
Personas, tareas y cualquier cosa que me desanimara. En principio, mi razón
me llamó la atención acerca de esa actitud egoísta. Hoy, sé que se llama: AMOR PROPIO

Cuando me amé de verdad, dejé de temerle a mi tiempo libre y de hacer grandes planes.
Abandoné proyectos a largo plazo. Hoy, hago lo que considero correcto, lo que me gusta,
cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé que esto es: SIMPLICIDAD

Cuando me amé e verdad, desistí de querer tener siempre la razón, y con eso cometí
menos errores. Hoy, descubrí la: HUMILDAD

Cuando me amé de verdad, dejé de revivir el pasado y de preocuparme por el futuro.
Ahora me mantengo en el presente, que es donde la vida realmente ocurre. Hoy, vivo
un día a la vez... Eso es: PLENITUD

Cuando me amé de verdad, entendí que mi mente puede perturbarme y decepcionarme.
Pero cuando la coloco al servicio del corazón, se gana una enorme y valiosa aliada. Todo
esto es: SABER VIVIR

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